Las escrituras Hindúes hablan de tres mundos, de catorce mundos y de innumerables mundos. Estas son diversas formas de describir la creación infinita de Siva. De los catorces mundos, siete de ellos se cuentan como levantándose sobre la tierra y siete descendiendo por debajo de ella. De manera correspondiente, existen catorce grandes centros nerviosos en el cuerpo físico, en el cuerpo astral y en el cuerpo del alma. Estos centros son denominados chakras en Sánscrito, que significa "ruedas". Estos vórtices rotantes de energía son en realidad regiones del poder de la mente, cada una gobernando ciertos aspectos de la persona interna, y juntos son los componentes sutiles de la gente. Cuando se los percibe interiormente, son vívidamente coloreados y pueden ser escuchados. En efecto, son bastante ruidosos, ya que color, energía y sonido son la misma cosa en los dominios interiores.
Cuando la toma de conciencia fluye a través de una o más de estas regiones, las diversas funciones de la conciencia entran en operación, tales como las funciones de la memoria, de la razón y de la fuerza de voluntad. Existen seis chakras por arriba del chakra muladhara, que se halla localizado en la base de la médula espinal. Cuando la toma de conciencia está fluyendo por estos chakras, la conciencia se halla en la naturaleza elevada. Existen siete chakras por debajo del chakra muladhara, y cuando la toma de conciencia fluye a través de ellos, la conciencia se halla en la naturaleza baja. En este Kali Yuga la mayoría de la gente vive en la conciencia de los siete centros de fuerza por debajo del chakra muladhara. Sus creencias y actitudes reflejan fuertemente la naturaleza animal, la mente instintiva. Nosotros queremos elevar nuestra conciencia y la de los otros hacia chakras por arriba del muladhara. Esto saca a la mente de la naturaleza baja y la lleva hacia la naturaleza elevada. Hacemos esto a través de sadhana personal, de oraciones, de meditación, de pensamiento, palabra y acción correctas y de amor por el Señor Siva que es Todo en todo.
El chakra muladhara, el asiento divino del Señor Ganesa, es la línea divisoria entre la naturaleza baja y la naturaleza elevada. Es el comienzo de la religión para todo el mundo, a la que se entra cuando la conciencia llega desde los dominios por debajo de los sagrados pies del Señor Ganesa.
En el Sanatana Dharma, se utiliza otra analogía para personificar a los chakras – la de la flor de loto. Esta flor crece en lagos y estanques, echando raíces en el barro limoso por debajo de la superficie, donde la luz no llega. Su tallo crece hacia arriba, hacia la luz hasta que atraviesa la superficie del agua y llega al aire y a la luz del sol. La energía del sol entonces alimenta el capullo y las hojas hasta que la delicada flor de loto se abre. El primer chakra es denominado el chakra raíz, muladhara. La toma de conciencia echa raíces en los instintos básicos de la experiencia humana y luego viaja a través de las aguas del intelecto, haciéndose más y más refinada a medida que evoluciona, hasta que finalmente estalla en la luz de la mente superconsciente, donde florece espiritualmente en el chakra de la flor de loto de 1008 pétalos en el tope de la cabeza. Examinando las funciones de estos siete grandiosos centros de fuerza, podemos reconocer claramente nuestra propia posición en el camino espiritual y comprender mejor a nuestro prójimo.



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